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Apuesta.

Jungkook llegó a su casa encontrándose con Yugyeom. Creyó que ya se había ido pero se equivocó.

—¡Al fin llegas! Estuve queriendo comunicarme contigo el fin de semana.

—Estaba ocupado, ¿qué necesitas? —respondió cortante.

—Bueno, es que necesitaba un favor tuyo, mi casa fue infestada por alguna plaga que desconozco en este instante, me evacuaron y no tengo donde quedarme, entonces he pasado aquí las dos noches.

—¿Y Hanna?

—Oh ella, es bien irresponsable, se fue, ¿sabes?

—¿Qué? Ella no haría eso.

—Bueno dijo algo como que atender al novio de su jefe no estaba en el presupuesto, así que se marchó.

—¿Novio? Hablaba de Ji... ¿de quién?

—De mi tontito, creyó que somos pareja pero no la necesitas, yo me encargo de mantener todo limpio en esta casa.

—¿Cuándo te vas?

—No lo sé Kookie, por eso te llamaba para que me dijeras donde quedarme.

—Bien, hay muchos hoteles en la zona, estoy seguro que una habitación de esas es más cómoda para todos y no tendrás que pagar, le diré a Karina que te consiga en una de los hoteles que están por tu casa.

—¿Qué? ¡No! Es decir, no quiero estar solo Kookie.

—No puedes quedarte en mi casa, ¿bien? No puedes, sabes que jamás nadie se queda, lograste entrar por Namjoon, de lo contrario conoces muy bien mis reglas, ve sacando tus cosas, una parte en tu auto la otra en el mío para terminar más rápido.

Dicho eso llegó a su habitación en donde encontró la cama desarreglada y algunas cosas del chico.

Hay algo en algunas personas que cuando no obtienen lo que quieren buscan la forma de cualquier modo hasta conseguirlo.

Yugyeom por supuesto no se iba a quedar así.

Comenzó a sollozar tratando de llamar la atención del castaño pero no lo lograba. Caminó hasta la habitación y fue donde comenzó su actuación. Ingresó tratando hacer sonar su nariz, quería que le preguntara porque lloraba pero no fue así.

—Llamé a Jin, él te ayudará a dejar las cosas en un hotel, Karina va a llamarlo y decirle en donde te consiguió, si lloras por lo de tu casa lo siento, pero me tengo que ir, recibí un llamado muy importante de trabajo que no puedo posponer para otro día —dijo saliendo de la habitación con una pequeña maleta.

Enojo es poco lo que sintió Yugyeom en ese momento. Ya no encontraba formas de llamar la atención del ojiazul. Pero no se quedaría de brazos cruzados.

✧✦✧

Jimin seguía en el hotel, su mente jugándole muy mal. Estaba imaginando a Jungkook y Yugyeom teniendo sexo y eso lo hizo sentirse celoso y sobre todo triste.

Así que ni siquiera lo pensó dos veces cuando tomó su celular y se atrevió a tomarse una fotografía mostrando apenas sus glúteos frente al espejo. Envío la foto y a su vez un mensaje.

Jimin:
"Foto"
Sabía que no cumplías, ¿dejarme sin poder sentarme? No te creo capaz, sigo intacto. Creo que iré a un bar y buscaré que alguien si me destroce, nos vemos luego Kook :)

Mordió su labio al darse cuenta de lo que había hecho, recibiendo una respuesta de inmediato.

Jungkook :)
Eres un chico muy malo, llego en veinte minutos, no saldrás porque los de seguridad no van a dejarte, le hablé a Karina y ella te llevará de comer. No salgas de la habitación niño.

Tal y como dijo recibió la comida que la chica le llevó.

✧✦✧

Jungkook al ver la foto sintió toda su cara caliente, se imaginó tantas cosas pero lo que lo hizo arder en celos fue leer que iría a buscar a alguien más. Por supuesto que no lo iba a permitir. Salió de su casa directo al hotel, no sabe en cuanto tiempo llegó cuando cruzó la puerta de la habitación.

—Muy bien, un, dos, tres, ya sal de donde sea que estés —dijo bromeando ya que todo estaba en silencio.

—¡Boo! —el menor saltó sobre él y el ojiazul fingió asustarse—. Debiste ver tu cara —dijo entre risas, risa que para Jungkook era una hermosa melodía.

—Ven aquí —pidió sentándose en el sillón y Jimin sobre su regazo—. Sabes que los dos tenemos trabajo mañana, ¿cierto?

—Así es y te haré un rico chocoflan, solo a ti y a Jin que me dijo que quería comer postre mañana —comentó.

—Olvidate de Kim, estamos hablando de mi —bromeó.

—¿Celoso Jeon?

—Para nada Park, tan solo que no debes darle de mis postres, esos los preparas solo para mi.

—Ya ya de acuerdo, pero dime, ¿qué tiene que ver el trabajo con que me partas en dos ahora mismo? —dijo prensando el lóbulo de la oreja del más alto.

—Justamente que no quiero que estés con dolor o malestares mientras trabajas —el ojiazul acariciaba las piernas de su amante sintiéndo su piel como pluma.

—Estaré bien, te lo prometo.

—¿Y si te sientes mal?

—Estaré bien.

—Apostemos que no, va a dolerte mucho.

—¿Importa acaso?, para eso estás aquí, para darme sexo.

—Estoy aquí porque te querías ir, de verdad voy a partirte en dos pero el próximo fin de semana para que puedas descansar sábado y domingo.

—Quiero ahora.

—Y yo digo que no.

—¿Quieres apostar que estaré bien?

—Vas a perder.

—No, me conozco y aguanto.

—¿Seguro?

—Si, si ganas tú eliges la apuesta pero si yo gano, seré yo quien te diga que hacer, obviamente.

—Vas a perder, ¿y si te sientes mal mañana?

—Te dejaré un mensaje avisándote.

—No, te vas a mi oficina y me avisas, quiero que me des la cara porque yo tengo razón —ordenó seriamente.

—Que sexy te ves dándome ordenes —mordió su labio y llevó sus manos hasta la nuca del castaño para acercarlo y darle un beso.

—No me distraigas, quiero ser responsable.

—Lo eres, créeme, además tienes que hacerlo porque no me dejaste salir a buscar a alguien más, ¿de verdad avisaste a los de seguridad?

—¿Te molesta qué te tenga secuestrado?

—Me molesta que no me estés follando.

—¿Querías de verdad ir a buscar a alguien?

—Si, quizás y encontraba el amor en algún señor a punto de fallecer con millones de dólares en su cuenta de banco, ¿no crees?

—¿Eres interesado Park?

—¿Tú que crees? Estoy contigo porque eres un empresario millonario.

—Eso no lo sabías la primera noche, además ya sé que preguntaste sobre cuanto gasto aquí.

—Era para saber si tenías tanto dinero tonto.

—¿Si?

—Mhum, es por dinero que me quedé a tu lado.

—Estoy seguro que si.

Los dos se sonrieron, había algo de sonrojo en las mejillas de ambos. Estaban ebrios de tantos sentimientos que han logrado crear a lo largo de esas semanas que tienen de compartir juntos, no solo una cama, sino experiencias que han querido evitar.

—Quiero que me folles, ¿lo harás?

—¿Y ver cómo gano la apuesta? Claro que si —dicho eso se levantó tomando a Jimin de sus muslos y se dio la vuelta para poder acostarlo en el sillón.

Comenzó a besarlo con rudeza, sus lenguas jugueteaban mientras que sus manos se paseaban por el cuerpo del otro.

Jungkook apretó el muslo de Jimin, ya que este lo había esperado usando solo sus bragas. Se presionó aún más al cuerpo bajo él sintiendo ambas erecciones chocar.

Se separaron del beso, ambos estaban agitados, conectaron miradas y esas corrientes eléctricas que sentían los estaban quemando por dentro. Ambos se deseaban pero había algo más, algo que los dos sentían por el otro.

Quizás no había forma de expresarlo mediante palabras, no ahora pero quizás pronto.

—Haremos las cosas a mi modo.

—Lo que diga señor.

Jungkook se levantó dejando a Jimin aún acostado sobre el sillón.

El rizado abría y cerraba sus piernas ante las sensaciones que tenía, su piel erizada queriendo mucho más atención.

El castaño tomó con suma delicadeza una de sus piernas y comenzó a dejar varios besos desde sus tobillos hasta llegar a su entrepierna. Hizo eso con ambas piernas.

Se atrevió a dejar marcas en los muslos blanquecinos de su amante. Admiró un momento el tono rojizo que quedaba, sonriendo satisfecho.

Jugó un poco con la tela de las bragas, las atrapó entre sus dientes y las estiraba haciendo golpear la piel del menor quien jadeaba gustoso.

Dio inicio a su camino de besos desde su vientre hasta sus pezones en donde succionaba y lamía. El ojiverde se atrevió a tomarlo del cuello para acercarlo aún más a él. Jungkook parecía comer todo el pecho de Jimin quien estaba gimiendo suavecito por la placentera sensación.

El camino de besos siguió hasta su cuello, su mandíbula y pronto sus labios nuevamente en una guerra de lenguas y chasquidos.

Bruscamente Jungkook se detuvo, jalando el brazo de Jimin, lo levantó del sillón, lo llevó al reposa brazos e hizo que su cara se pegara al cuero de este, mientras que sus glúteos quedaban alzados.

Palmeó sus glúteos que quedaron rojos, siguió haciéndolo gracias a los gemidos del ojiverde y en como buscaba más tacto.

Llevó dos de sus dedos a la boca de Park quien entendió lo que debía hacer, así que comenzó a lamerlos cual paleta, una vez que estaban ensalivados, Jungkook delineó su dedo en la entrada del otro, solo tocaba y bajaba sin atreverse a meterlo aún.

Agarró a Jimin de las caderas apretando sus dedos en ambos lados. Se acercó a su entrada e introdujo su lengua. Los jadeos del rizado cada vez eran más rápidos, sus respiraciones estaban aceleradas. Jungkook se encargó de usar su lengua para darle placer a su amante.

Cuando creyó que fue suficiente, le dio la vuelta, lo alzó para que este quedara rodeando su cuerpo con sus piernas y lo llevó a la cama. Lo acostó y deslizó las yemas de sus dedos por el abdomen del más bajo.

—Cuando quieras detenerte me dices.

El rizado tan solo asintió.

—Date vuelta, alza tus caderas y pega tu cara a la cama —ordenó.

El ojiverde obedeció, quedó tal y como su amante se lo había pedido.

Jungkook nuevamente palmeó sus glúteos, bajó sus pantalones y sin lubricar ni ensalivar entró en el rizado haciéndolo gemir fuertemente.

—Dijiste que no querías ni caminar, veamos si es cierto que aguantas.

—Ganaré la apuesta y harás lo que yo diga jefe —se burló.

Jungkook comenzó a penetrarlo duramente, el no haberse lubricado les daba cierto ardor pero no iban a detenerse.

El castaño entraba profundo por la posición en que se encontraban, cada vez sus estocadas daban en el punto dulce del rizado quien era una bola de gemidos.

El ojiazul llevó su mano y bombeó el pene de Jimin quien terminó en su mano. Jungkook salió de él aún sin tener su orgasmo.

—Ni creas que hemos terminado —avisó.

Lo ayudó a ponerse de pie e hizo que se arrodillara frente a él.

—Vas a chupar todo esto, ¿bien? Lo harás porque seguiré jodiéndote hasta que no puedas siquiera sentarte —agarró entre sus manos las hebras de cabello rizados haciendo un puño.

Jimin como pudo abrió la boca dejando entrar a Jungkook quien movía sus caderas metiendo todo su miembro en la boca rosada de su amante.

El rizado tomó el control y empezó hacerle una felación, metía todo a su boca mientras que con una mano también lo masturbaba. Jungkook estaba al borde del colapso. Sacó su miembro de un solo, haciendo para atrás la cabeza del menor, quien dejó un hilo de saliva entre ambos.

—Acuéstate.

Jimin hizo caso nuevamente, no sabía lo mucho que le gustaba que le ordenaran que hacer durante el sexo hasta que conoció a Jungkook.

Jeon subió sobre él, el más bajo rápidamente lo atrapó entre sus piernas haciendo que el castaño entrara en él. Seguía penetrándolo rápido, los dos gemían al unísono, el rizado estaba sensible por su reciente orgasmo y el ojiazul apenas estaba llegando al suyo.

Jungkook se corrió adentro de Jimin, quien solo sonreía de la sensación que estaba teniendo. Parecía flotar en el aire con cientos de plumas.

Se besaron, siempre con rudeza.

—No hemos terminado.

Nuevamente Jungkook se puso de pie, buscó en uno de los cajones una botella de lubricante, vio los condones y se dio cuenta que desde que está con Jimin dejó de usarlos.

—Sabes que no hemos usado protección, lamento haber sido tan descuidado —se disculpó.

—También ha sido irresponsabilidad mía, pero si te tranquiliza, no he estado con nadie más desde la primera vez contigo.

—No se trata de eso, porque de igual forma yo no he estado con nadie pero es importante protegernos.

—¿Podemos ir un día de estos a hacernos algunas pruebas?

—Si eso está bien, gracias por ser comprensivo.

—A ti por preocuparte.

Ambos se sonrieron y se besaron. Esta vez fue Jimin quien hizo que el ojiazul se sentara en la cama, pegando su espalda al respaldar de esta.

Se subió sobre su regazo y comenzó a besarlo apasionadamente, quería sentirlo aún más.

Sus besos se intensificaron aún más; estuvieron en su sesión de besos durante un rato, mientras se recompensaban del orgasmo. Pronto sus manos dieron inicio al juego de estarse acariciando.

Amaban el tacto de pieles.

Sus erecciones pronto se hicieron presentes también, Jimin gimoteó al sentir la dureza de su amante por sus glúteos.

—Si te follas solo, voy a considerar darte el día libre mañana.

—¿El jefe si tiene empleado favorito?

—Si, es el que está a punto de dar brinquitos encima de mi polla.

—Eres un sucio.

—Solo soy amante de tu cuerpo.

El rizado se acomodó mejor, entre las piernas del ojiazul, comenzó a lamer todo su miembro erecto. Lo saboreaba cual paleta, llevó todo a su boca disfrutando del sabor del castaño. Jungkook tomó el control e inició a ir más profundo en la garganta del rizado, quien lloriqueaba por la falta de aire.

Una vez que terminó de hacerle una mamada, llenó de lubricante el miembro de su amante y lo bombeó, se alineó a su propia entrada y se dejó caer de una sola estocada.

Nuevamente el calor estaba en ambos cuerpos, el sudor recorriendo sus pieles, sus gemidos y jadeos llenando la habitación. El chasquido de sus lenguas y el sonido obsceno de las penetraciones.

Todo estaba siendo tan ardiente y sexy para ellos. Algo sucio pero de manera limpia. Era tener sexo rudo con la persona que ellos escogieron, se sentían seguros.

Jungkook no perdió el tiempo y tomó en su boca los pezones rosados del rizado, quien encantado recibía la atención.

Estaba tan sensible que todo roce lo llevaba al límite.

Varias estocadas más y los dos llegaron al orgasmo. Se dejaron caer en la cama, Jimin como siempre bajo el brazo y sobre el pecho de Jungkook quien amaba hacerle caricias en su espalda y cadera.

—Eso estuvo increíble.

—¿Si? Y eso que la noche sigue.

—Kook, era broma sobre dejarme sin caminar.

—Ahora te aguantas —bromeó—. Sé que puede ser más doloroso recibir que dar, así que si quieres detenerte solo es que lo digas, ahora toma esto —se estiró y alcanzó unas botellas de agua para cada uno—. Hidrátate.

—Estoy bien, ¿tú estás cansado?

—No, pero antes de seguir quiero comunicarme con mi ama de llaves, Yugyeom dijo que se fue.

—¿Hanna? ¿Pasó algo? —cuestionó preocupado.

—Aún no lo sé, ¿me esperas un momento mientras hago una llamada? Prometo no tardar.

—Claro, tranquilo no me iré.

Jungkook dejó un rápido beso y se levantó a buscar su móvil, marcó el número de su ama de llaves pero esta no respondió.

—Suena apagado su celular, así que me tocará ir a su casa, no puedo creer que se haya ido así por así.

—¿Dónde es?

—Es a unos cuarenta minutos de aquí, pero lo haré en esta semana, por ahora estoy ocupado contigo.

—¿Irás a dejarme a mi casa hoy?

—No, pasaremos la noche aquí, tienes ropa en tu maleta y yo guardé mi traje para mañana.

—¿Si? O sea que esta noche seguiremos follando —afirmó.

—Mhum, necesito ganar esa apuesta.

—¿Qué tendré que hacer?

—Muchas cosas pasan por mi mente, pero deberás cumplir a una petición mía, a la que sea.

—¿Si? ¿Cualquier petición?

—Así es, debes cumplirla quieras o no, ¿okay?

—De acuerdo, pero si yo gano y no me duele nada mañana, tú tendrás que hacer lo que yo te diga durante una semana.

—Una semana, puedo soportarlo.

Tal y como dijeron, pasaron la noche teniendo sexo, los dos estaban cansados por su viaje y por supuesto, por las otras rondas de intimidad.

Así que no tardaron en quedarse dormidos. No era parte de su trato el dormir abrazados, el dar caricias al otro, en compartir sus horas de sueño, pero lo estaban haciendo y todo se sentía correcto.

✧✦✧

La mañana les llegó rápido, ninguno quería levantarse, en especial Jimin.

—Despierta, tenemos que ir al trabajo.

—Despídeme —dijo enterrando su rostro en la almohada.

—Jimin, deja de comportarte como un niño, vamos, Karina pronto traerá el desayuno, no te irás sin comer.

—Despídeme, ya te dije.

—Y yo te dije que te levantes, te quiero listo en veinte minutos.

—¡Eres un pésimo jefe! —le gritó contra las sábanas.

—Apúrate —ordenó saliendo del baño.
Jimin no tuvo más remedio que alistarse. Se quejó por el dolor que tenía, supo que había perdido la apuesta.

Una vez que desayunaron y tuvieran todo listo ambos se dirigieron a la entrada del hotel.

—Bueno, voy a esperar un taxi, así que nos vemos allá jefe.

—¿Taxi? Vente conmigo.

—Van a vernos Kook.

—Seremos precavidos, vente.

Y por supuesto que Jimin no iba a oponerse. Una vez en el auto el camino fue tranquilo, los dos siempre se sentían cómodos a pesar del silencio.

—¿Nos veremos hoy? —preguntó quitando su cinturón de seguridad.

—Te aviso, no sé si tendré reuniones esta tarde.

—Bueno, ¿algo qué quieras comer en especial?

—¿Te servirías a ti en un plato?

—Solo en la cama.

—No es justo, ven dame un beso antes de que te vayas.

El menor se acercó y besó lentamente los labios del ojiazul, su beso no era para nada lujurioso. Ambos pudieron sentir el calor del cariño al juntar sus labios.

—Nos vemos Kook.

—Por favor, ten cuidado y ya que perdiste la apuesta, espera en cualquier momento mi petición —bromeó—. Si te sientes mal me avisas, ¿bien? Trata de no esforzarte mucho.

—Estaré bien, adiós amor —dio un último beso sintiéndose nervioso ante el apodo que se le había escapado de los labios.

Jungkook tan solo sonrió al escucharlo.

Jimin bajó con cuidado del auto, viendo que nadie estuviera presente y dio marcha hasta la cafetería.

El castaño suspiró y soltó un suave: —Adiós amor.

Bajó de su auto y llegó hasta su oficina, en donde como siempre, sus dos amigos ya lo esperaban.

—Buenos días, ¿cómo están mis mejores amigos?

—¿Te lo metió el fantasma de la alegría o qué?

—Nam, solo estoy feliz de verlos, ¿verdad Jinnie?

—¿Quién eres y qué hiciste con nuestro amargado amigo? —dijo el ojimarrón señalándolo acusatorio.

—A ver, solo estoy saludándolos. ¿Qué hay de malo?

—Tú nunca saludas, menos de ese modo —respondió el morocho sonando obvio.

—Si bueno, como sea pequeñas mierdas, vayan a trabajar entonces.

—¿Ves? Ese es nuestro Jeon —dijo Jin. Jungkook tan solo volteó sus ojos.

—Además ni creas que te dejaremos así de fácil, creo que ya es momento de que nos cuentes que te sucede, ya sabes, acerca de tu nueva vida.

—¿A qué te refieres Namjoon?

—Yugyeom buscó refugio en tu casa y lo enviaste a un hotel, ¿sabes qué hubiese hecho el Jungkook que conocemos nosotros? Hubiese sido el héroe de Yugyeom.

—Si bueno, que busque otro héroe, yo ya no puedo salvarlo.

—¿Qué te pasa? ¡Es Yugyeom! Me he esforzado porque esté cerca para que puedas tener lo que has querido con él y tú solo lo alejas.

—Pues si lo alejo deberías dejar de ponerlo en mi camino, ¿no crees? Es forzado, no es como con Ji... —guardó silencio, no sabía si mencionar a Jimin—. No es como si lo encontrara de casualidad a donde voy.

—Desde esa vez en el bar hace un mes tú actúas tan extraño, ¿qué te tiene así? Estás hasta más sonriente y no es por Yugyeom, ¿por qué no confías en nosotros?

—Namjoon, no presiones —habló Jin.

—¡Al carajo! Es nuestro mejor amigo de quien ya no sabemos nada porque tampoco se digna en responder el maldito celular.

—Tienes razón, desde esa ida a ese bar estoy diferente, sino lo he comentado es porque hasta hace poco no tenía idea de que sucedía conmigo, conocí a alguien.

Jin y Namjoon intercambiaron miradas, el morocho se dejó caer en el sillón. No sabía que decir, es algo que sospechaba pero creía estar equivocado.

—Pero, ¿lo conociste en plan de qué? — cuestionó Jin.

—Lo de siempre, sexo ocasional de una jodida noche pero no pude, estaba como estúpidamente hipnotizado por él, tiene algo, tiene ese no sé qué, no lo sé, no sabía cómo decir esto en voz alta pero me gusta y me aterra poder enamorarme de él, yo no puedo, pero me es imposible alejarme porque me siento vacío sino estoy oyendo su risa, escuchando la manera en la que creyó que tener un Búho de mascota era buena idea, en como disfruta de las canciones y su forma de cruzar sus piernas al sentarse, estoy tan aterrado porque comienza a ser indispensable en mi vida.

Jungkook hablaba viendo a través del cristal en su ventana, quizás desahogarse con sus amigos debió ayudarlo desde el principio. Se giró esta vez para ver el rostro de sus amigos quienes no parecían sorprendidos.

—Este fin de semana lo pasé con él y su familia, ¿se dan cuenta? Hasta conoció a mamá y eso hace que todo sea tan jodidamente difícil.

—¿Lo han hablado?

—Si Jin, pero él también ha tenido pésima experiencia antes y también evita llegar a tener sentimientos más profundos, solo sé que si antes pude sobrevivir sin el imbécil aquel, no podré hacer lo mismo si me llega a faltar mi pequeño y estúpido rayito de sol.

—¿Seguro qué evitas enamorarte? Tú te fuiste de cara y ni las manos pusiste —bromeó el ojimarrón.

Namjoon tan solo escuchaba, comenzó atar cabos sueltos en su mente. Sospechaba de alguien pero no quería sacar sus propias conclusiones.

—Sacaré las cosas de Yugyeom de tu casa, con Jin no pudimos llevar todo y Jungkook, lamento haber querido forzar algo que definitivamente no es de tu agrado, solo cuídate, ¿okay? Hay personas astutas que siempre buscan a alguien de buena posición para enrollar.

—Él no es así, pero gracias Kim.

—Eso decías de tu ex y ya vemos que fue lo que hizo, no te dejes ir por un rostro bonito, por lo menos de Yugyeom sabemos su origen.

—Te repito, él no es así, no lo conoces Namjoon.

—Tal vez si, tal vez no, sólo te diré que cuides muy bien de ti, no puedes dar en bandeja de plata tus sentimientos cuando lo que sacarán de ti es papel del banco —dicho eso salió de la oficina de su amigo.

Jungkook quedó molesto, ¿cómo se refería de esa forma a Jimin?

—Ni lo conoce para que se exprese así, ¿qué le pasa?

—Sabes como es Namjoon de dramático, además solo quiere protegerte.

—Jin, te prometo que es el ser más puro que he conocido, todo en él es otra cosa, sino lo he presentado ante ustedes es porque estaba asustado de involucrarlo mucho en mi vida pero creo que él se adueñó de todo desde que lo vi a los ojos esa noche en ese estúpido bar.

—Todo a su tiempo Kook.

Jungkook tan solo agradeció que Jin sea comprensivo, ya tendría tiempo de hablar con Namjoon.

✧✦✧

Jimin mientras tanto se encontraba en la cafetería, el dolor en su parte baja lo hacía sonrojarse por recordar el motivo.

Jodido Jungkook.

En su vida había creído que se encontraría en la posición que está, frecuentando con un solo hombre después de estar con varios cada vez que podía.

¿Pero quién lo culpa? Es Jeon Jungkook. Todo en él parecía irreal.

Sonrió por recordarlo, sonrió porque se sentía feliz, sonrió por el simple hecho de tener a Jungkook en su vida.

Estaba terminando de colocar el postre del castaño en una de las bandejitas por si quería comerlo en su oficina. Su atención se vio desviada a Yugyeom y al morocho, quienes habían entrado a la cafetería, tomando asiento en una de las mesas.

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